18.6.14

Tarta de ceba

Los días, las semanas se me escapan de las manos, y a veces no recuerdo si fue hace una semana, hace dos, es lo que me ha pasado con esta tarta de cebolla al intentar recordar cuando la hice. En estos días de casi fin de curso nuestras vidas se llenan de actividades y esta tarta la hice para una comida en el campo con el equipo de futbol de mi hijo pequeño. El resultado es como una carbonara de cebolla, un poco especial, pero a mí me gustó mucho.



INGREDIENTES
Masa quebrada:
1 yema de huevo
200 grs de harina
90 grs de mantequilla (deberá estar blanda)
1 cucharada sopera llena de aceite
1 vaso (de los de vino) de agua fría (quizá un poco más)
Mantequilla para untar el molde
Sal

Relleno:
1 kg de cebollas medianas (4 o 5 piezas)
6 cucharadas soperas de aceite
30 grs de margarina
1 cucharada sopera de harina, colmada
200 grs de nata líquida
50 grs de queso rallado
Sal y pimienta

ELABORACIÓN
Hacer la masa quebrada y dejarla descansar por lo menos 2 horas.
Se pone la harina en una ensaladera, se espolvorea con un poco de sal y se pone la mantequilla a trocitos pequeños para que se ablande. Con las manos se mezcla esto lo menos posible, añadiendo la yema hasta formar una especie de serrín grueso. Se va echando entonces, y poco a poco (en tres veces, por ejemplo), el vaso de agua. Yo no llegué a ponerle ni la mitad del agua, no le hacía falta, aunque a veces todo esto depende del tipo harina que usemos. Se espolvorea una mesa con harina y se termina de amasar en ella. Una vez hela la masa, se forma una bola grande, se mete en un tazón, y se deja éste en un sitio fresco a reposar.

Para hacer la tarta se espolvorea harina en una mesa de mármol y con el rollo pastelero se extiende, dándole forma redonda. Se unta un molde de unos 26 cm de diámetro y con bordes altos (unos 4 cm) con bastante mantequilla. Se dobla la masa y se traslada a la tartera, colocándola bien con los dedos y teniendo cuidado de que quede de igual grosor por todos lados. Se recorta lo que sobra de los bordes con un cuchillo. Se pincha con un tenedor todo el fondo de la masa (sin que el pinchazo la traspase) y se mete a horno suave durante unos 15 minutos. Después, batir un poco la clara de huevo; cuando está espumosa (sin montarla), untar con una brocha plana todo el fondo de la tarta y a meterla en el horno otros 5 minutos más.

Mientras está en el horno el fondo, pelar y cortar en redondeles finos las cebollas. En una sartén amplia poner el aceite a calentar y cuando esté caliente añadirle la margarina. Cuando vuelva a calentarse echar las cebollas y a fuego lento dejar que se pongan transparentes sin dorarse (unos 5 minutos).

Con una tapadera volcar la sartén, con el fin de vaciar casi toda la grasa. Volver a poner en el fuego, espolvorear con la harina y echar la sal y pimienta. Revolver todo muy bien y verte la nata líquida. Mezclar y echar todo en la tartera, dejando la mezcla bien repartida por todo el fondo. Espolvorear con el queso rallado y poner a gratinar. Cuando esté bien dorada, sacar, dejar que se enfríe un poco y servir templada.

Fuente de la receta: 1080 recetas de cocina – Simone Ortega


4 comentaris:

  1. Mmmmm, menuda pinta tiene, se ve deliciosa, mi enhorabuena, besosss!!!

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  2. Esta receta se va a mi tablero de pinterest!!! Y la voy a hacer!
    En tu foto se ve muy apetitosa.
    Un fuerte abrazo.

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  3. Quina bona pinta! Una temptació per a fer-hi queixalada!

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  4. Doncs que bona, a mi m'encanten aquestes tartes salades tipus quiche, segur que és interessant només de ceba, m'agrada el gust que té quan es caramelitza i la carbonara també m'apasiona, ha de ser bona!

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